La bilirrubina indirecta elevada en sangre es un marcador clave de hemólisis, ya que refleja la destrucción acelerada de glóbulos rojos, liberando hemoglobina que se convierte en bilirrubina no conjugada. Este proceso ocurre antes de que el hígado la conjugue, aumentando los niveles de bilirrubina indirecta. En la anemia ferropénica, no hay aumento significativo de bilirrubina, y las alteraciones de hemoglobina no necesariamente elevan este marcador. La detección de bilirrubina indirecta en sangre es posible y esencial en el diagnóstico de hemólisis, como en anemias hemolíticas.